El ARA San Juan abandona el puerto de Buenos Aires con cuatro de sus mástiles desplegados: periscopio de navegación, contramedidas y el de comunicaciones, que tapa al periscopio de ataque. El snorkel permanece arriado
26 leguas de viaje submarino
Por Roberto Carozzo
Revista A Todo Motor Nro 34. Agosto de 1997
Una amable invitación de la Armada Argentina le permitió a ATM navegar en uno de los dos más modernos submarinos de su flota y contarles algunas de las experiencias vividas a bordo de este auténtico "fierro" del mar
Oficial de guardia: solicito autorización para ordenar prepararse para salir a superficie.
- Autorizado. Responde el comandante del submarino, capitán de fragata Enrique Pérez.
- Recibido.
- Prepararse para subir a superficie. Prepararse para subir a superficie.
Eran las 7 de la mañana. Estábamos a tres horas de cumplirse el segundo día de navegación desde nuestra salida, en el puerto de Buenos Aires, con destino al apostadero de la Base Naval Mar del Plata. Comenzaba el final de las 26 leguas de viaje submarino (algo así como 130 vulgares kilómetros terrestres) del enviado de ATM Magazine a bordo del submarino A.R.A. San Juan. La inmersión a 40 metros en las aguas del mar argentino había comenzado a las 7 de la tarde del día anterior, ya de noche. El navegador satelital (GPS) había sido desconectado cuando señalaba 37° 12' de longitud oeste y 55° 48' de latitud sur.