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domingo, 17 de enero de 2016

16 Campeones y un potrillo


Revista Parabrisas Año 1966

En la foto color vemos dieciséis volantes, cuyo esfuerzo común resultó en la adquisición de diecinueve títulos en 11 países de Europa Occidental. Todos con coches Ford, y casi todos con Ford Cortina. 
Vemos, arriba, al centro (con la mano apoyada en la cadera), a Sir John Whitmore, campeón europeo de TM, con Lotus-Cortina (el coche Nro 27 que también se ve). A su derecha, Roy Pierpont, campeón británico de TM, con el Mustang blanco y azul que se ve adelante del grupo. El que está apoyado contra el torpedo del Cobra Nro 1 es el francés Henri Greder. Sentado en el guardabarros trasero del Cortina-Lotus 27 está Spartaco Dini (Italia), con Svante Vorrejoe (Suecia) apoyado en el techo del mismo automóvil. Sentado en la capota, vemos a Aage Buch Larsen (Dinamarca). En el centro vemos un Ford GT con tres hombres agrupados en torno a la cola. Los tres son, de izquierda a derecha, Bengt Soederstrom (Suecia), Arthur Blank (Suiza) y Herbert Tunner (Austria). Alrededor del Mustang vemos a dos hombres en mamelucos oscuros, que son Heikki Jouki y Jauko Valli, de Finlandia; apoyado en la cola del Mustang, Gert Griel, de Austria, y en la trompa, Jackie lckx, de Bélgica. Alfred Burckhardt, campeón de Alemania, está apoyado en el capot del Taunus 12M, a la derecha. y los otros dos -no individualizados- son el famoso Be Ljungfeldt, campeón de 1964, y H. Hubrot, copiloto de Burckhardt, actuando en carácter de "representantes" de Trond Schea (Noruega) y Gilbert Staepelaere (Bélgica), quienes estaban participando en el Rallye Internacional de Gran Bretaña cuando se tomó la foto. 


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Peugeot 205 Turbo 16


Manejamos el Peugeot 205 Turbo 16
Un "aparato" infernal
Revista Parabrisas Nro 99. Agosto de 1986

La versión-calle del auto que ganara el Campeonato Mundial de Rally 1985, es una monstruosa conjunción de altísima performance, suspensiones, frenos, relaciones de caja y tracción integral a las cuatro ruedas. Hay solo 200 en el mundo. Parabrisas manejó uno de ellos. Conózcalo. 

Francisco "Paco" Mayorga, conocido por casi todos, más allá de los aficionados al automovilismo deportivo, siempre me sorprendió. O lo que es peor me hizo florecer muchas veces los sentimientos de envidia que todos escondemos.
A comienzos de la década del '60, en la época de las picadas en "La Biela" o Palermo fue cuando tuve el primer contacto con él, ya que era un conocido piloto en tanto a mi me faltaba un año para sacar registro. Primero me quitó el sueño con un Borgward-Isabella TS, después con un Jaguar 3,8, años más tarde fue un Lotus-Spirit al que siguió un Renault-5 Turbo para culminar con un monstruoso Peugeot-205/Turbo/16... y como si esto fuera poco, doble tracción.
Como "uno no es de madera" y las épocas de corredor frustrado no son tan lejanas, conocido el dato, se me erizó la piel, comenzaron a trabajar las glándulas salivales y un leve temblequeo se transmitió a mi cuerpo. Algo así como el Lobo Feroz cuando vio a Caperucita caminando sola por el bosque...
La amistad mueve montañas y Mayorga no pudo decir que no.


No es un auto, es una cosa ...

Apenas salido del lavadero, paradito sobre Libertador, el 205-Turbo se muestra con una agresividad poco habitual para el común de autos de calle. El aspecto de los pasaruedas delanteros ensanchados, las tomas y salidas de aire para refrigerar ciertas y determinadas partes, las llantas blancas de inmaculado diseño, la trompa... en fin, todo evidencia que uno se encuentra ante un auténtico "aparato".
El interior es sobrio y reducido al máximo pero sin quitarle confort a los únicos dos ocupantes que pueden disfrutarlo. Las butacas son muy cómodas, tiene levantavidrios eléctricos para ambas ventanillas y atrás del respaldo de los asientos, el habitáculo está dividido de todo lo que es motor, turbo y "chucherías" mecánicas, por un vidrio al mejor estilo taxi británico. En general, el aspecto exterior es agra-dable y la pintura gris acero metalizada le queda de maravillas en combinación con las llantas blancas. Claro, es raro, y eso queda certificado por la cantidad de conductores que se detuvieron en plena calle para mirarlo sin entender muy bien de que se trataba, excepción hecha de los adolescentes, que a 200 metros saben que es un 205-Turbo/16.
La posición de manejo es sumamente cómoda. La visibilidad hacia atrás es limitada pero aceptable. La pedalera (neto estilo competición con pedales agujereados sin elementos de goma) está bien distribuida y el volante, la palanca de cambios y demás comandos están a mano. El instrumental es completo (todo con agujas) con fondo negro y valores en rojo-naranja fosforecente. En el interior todo es negro para evitar reflejos. Para los amantes del audio, dispone de una radio-pasacassette con ecualizador. El volante
es de tamaño ideal y el grip, como corresponde, tirando a grueso y muy agradable.

Vuelta de llave, primera ...

No hace mucho, Germán Sopeña en una evaluación hecha en Europa del Ford-Scorpio, reconocía que la ansiedad por manejar un auto nuevo, hace que uno deje de lado esa primera etapa de familiarizarse con los mandos, controles, etcétera.
Es verdad. Cuando a uno le ceden la butaca de la izquierda y le dicen: "Dale, date una vuelta...", no hay paciencia que valga.
Lo primero que impresiona es la facilidad con que arranca, teniendo en cuenta todos los adelantos tecnológicos de alta performance de que dispone. Sin embargo, arranca con más celeridad que un doméstico Renault-12. Claro, el turbo en esas circunstancias y hasta las 3.500 r.p.m. es como si no existiera.
Conectar la primera, acelerar levemente y largar el embrague con suavidad buscando el punto de accionamiento, es simple. Si bien la unidad tenía poco registro del disco (la marcha atrás cantaba invariablemente), la salida se produce con normalidad. Sin tironeos ni tendencias extrañas.
En realidad, sabiendo de la existencia del turbo y de los 200 HP del motor, uno no se anima a pisar el acelerador a fondo y ver que pasa. Lo va buscando de a poco y el cuenta vueltas (el instrumental es todo Veglia), va trepando a 2.000... 2.500... 3.000 y a las 3.500 r.p.m. el compresor KKK entra en acción. Le puedo asegurar que se nota su presencia. Es como si se pusiera en funcionamiento la turbina de un Boeing-747 en el momento del despegue. El auto pega un salto, se sienta de cola, se levanta algo la trompa y la tracción integral (34 por ciento adelante y 66 por ciento atrás), hacen el resto. De las 3.500 r.p.m. en adelante la aguja del instrumento parece enloquecer porque antes que el conductor reaccione, ya hay que poner segunda. El turbo, mientras el motor no caiga de ese régimen, sigue trabajando y el auto vuelve a acelerar de manera frenética. La verdad, que para poner la tercera (y en un trazado chico como lo es el de los lagos de Palermo) hay que ser audaz.
Cuando llega el momento de frenar (discos ventilados en las cuatro ruedas) se nota que cumplen maravillosamente con su función, pero acostumbrados a los sistemas muy servoasistidos, se manifiesta un pedal algo duro pero igualmente efectivo.
Considerando la eficiencia con que trasmite la potencia al piso a través de las cuatro ruedas, doblando es una maravilla. Aunque no fue posible probarlo en curvas demasiado veloces, en las de retome y de 90-100 km/h se nota que al auto le sobra paño y al conductor (en mi caso) le falta valentía.

El asunto es "copiar" bien

La suspensión merece párrafo aparte. Para transitar por las semidestruídas calles de Buenos Aires, repletas de baches (gracias, Saguier) y adoquines fuera de lugar, puede parecer muy dura o "deportiva". Pero hay que tener en cuenta que éstas doscientas unidades que se fabricaron para homologar el auto que compite en el. Mundial de Rally, fueron pensadas para un público muy especial que circula por rutas europeas, de asfalto, parejas, sin irregularidades. Mal se puede evaluar su comportamiento en Buenos Aires.
La meta buscada es que al momento de doblar el auto haga todo bien y si se transita por caminos de tierra o ripio, la tenida direccional sea perfecta. Precisamente Mayorga nos decía en este aspecto: "Es impresionante lo que han progresado este tipo de autos en las suspensiones. Hoy, andar en el ripio desparejo es lo mismo que andar en el asfalto. Ni te das cuenta. Por eso en las carreras de rally los autos vienen a mil y doblan en cualquier lado. Además de la tracción integral, la suspensión cumple un rol importantísimo".
Su experiencia se limitaba a un viaje corto en ruta donde debido a que el auto era cero-kilómetro, apenas pudo circular a 5.000 vueltas en 5ta lo que equivale a unos 170 km/h, muy por debajo de su máxima que supera los 230 km/h.
"Es un auto franco, muy agradable para manejar -nos decía Mayorga- y que dobla en todos lados con naturalidad. Además es cómodo para dos personas pero no podés llevar equipaje porque no hay lugar donde meterlo. Del asiento para atrás es todo motor y adelante entre el radiador y la rueda de auxilio ocupan el poco espacio que queda. Respecto al confort de marcha es bueno, no hay ruidos, no entra tierra ni agua..." 
En síntesis. Un auto para divertirse o mejor dicho. "un aparato infernal". Manejarlo fue un placer.

Carlos F. Figueras
Fotos: "Juano" Fernández

LA RAZON DE SU EXISTENCIA

El Peugeot 205-Turbo/16 nació para cumplir con una sola finalidad: ganar el Campeonato Mundial de Rally. Entre mediados de 1981 y principios del '83 se planificó su esquema técnico. Peugeot necesitaba que tuviese tracción en las cuatro ruedas, 320 HP de potencia -susceptibles de ser aumentados-, fácil acceso para el trabajo de los mecánicos, elementos de fácil reemplazo y no más de 1000 kilos de peso. Eligió una distancia entre ejes muy grande y "acomodó" el resultado de sus investigaciones y desarrollo en una configuración llamada M24- Rallye. Finalmente, le proporcionó una carrocería similar a la de su más reciente modelo y produjo las doscientas unidades necesarias (la probada por Parabrisas es una de ellas) para que el Peugeot 205- Turbo fuese homologado en el Grupo B del Anexo J internacional. 
De aquellas 180 todas fueron vendidas, por lo que hoy solo es posible obtener un ejemplar comprándolo ya usado. 
En la Vuelta de Córcega de 1984 debutó en el Campeonato Mundial. Ganó el torneo de 1985, está liderando el del '86, pero difícilmente pueda correr en 1987 debido a un imprevisto cambio en la reglamentación técnica. 
E.E.N. 


Estampa del 205 Turbo 16 al encarar una curva en Palermo

Puesto de comando y Parabrisas al volante junto a Mayorga




Las llantas son blancas, de diseño super-deportivo y de aleación liviana

La parte trasera -cubre motor- totalmente levantada dejando todo a la vista y a mano

Tres cuartos trasero

Salida de aire del radiador que posee en la trompa al mejor estilo "racing"

Confortables butacas tapizadas en gris y blanco con el león rampante de Peugeot

Corte en planta y perfil del 205 Turbo 16 con sus diferenciales, motor y caja grisados





lunes, 15 de diciembre de 2014

Renault 16 TS


Siempre funcionalidad
Revista Corsa Nro 104. Abril de 1968

Renault lanzó al mercado automotriz europeo su nueva versión del R-16. Más potencia, más cilindrada, vale decir más "sprit" 

En el Salón de Ginebra de 1965, la casa Renault presentó un nuevo modelo que marcó una nueva línea a seguir por los diseñadores de autos para uso familiar. Siguiendo los designios de Issigonis (Mini Minor), se lanzó el R-16 tratando de aprovechar en la mejor forma el espacio interior en un vehículo de tamaño mediano. Esa fue la preocupación de la Regle Nationale de Usines Renault cuando proyectó la producción en serie del modelo R-16.
Desde ese momento hasta nuestros días han pasado ya casi tres años. Su aspecto exterior sigue siendo el mismo a excepción de la incorporación de dos faritos de iodo y algunos cambios en el tablero de instrumentos. En lo que respecta al motor el asunto cambia. De los originales 1.470 cm3 de cilindrada que poseía el R-16, fueron llevados a 1565 cm3 alargando la carrera en 3 mm y el diámetro en 1 mm. Sumando a esto el cambio del Solex por un Weber de 32 mm de garganta y una potencia efectiva de 87 HP (SAE), la Renault llamó a este auto R-16 "TS", que es el coche del que nos ocuparemos en las líneas que siguen.

Aquí se muestra la versión TS de cuerpo entero. Más potencia, más velocidad y un estilo personal. Siempre funcionalidad

La primera impresión que se tiene del Renault R-16 "TS", es que se está ante un auto agradable, sencillo y principalmente funcional. No se puede decir que sea un auto "lindo", pero tiene una fuerte personalidad. Una parrilla de buen estilo y gusto que aloja dos faros rectangulares que mantienen las líneas angulosas de la carrocería en general. Uno de los detalles que aumenta su belleza es la generosidad de superficie que ostentan las ventanillas laterales, parabrisas y luneta. Todo es "vidrio", todo es visibilidad en el más amplio sentido de la palabra. 
Al abrir las puertas y sentarse frente al volante se recibe el segundo impacto. Interior sobrio, elegante y un tablero muy completo; cosa bastante poco común en autos de fabricación francesa. El R-16 TS tiene un panel de instrumentos con todas las de la ley. O mejor dicho, con todo lo que se necesita para poder realizar un viaje con la tranquilidad que brinda el "saber cómo andan las cosas". Pero vayamos a los hechos y detallemos: de izquierda a derecha un reloj indicador dividido en tres sectores correspondientes a un medidor de combustible, un amperímetro y el termómetro de temperatura de agua. Al lado uno más grande que corresponde al cuentarrevoluciones. Luego el velocímetro, cuentakilómetros total y parcial. Incorporado a éste, una luz violácea que indica luces altas encendidas y una verde como indicador de giro. Por último, otro del mismo tamaño que el primero, es decir más pequeño, para mantener la simetría, donde se encuentran las luces testigos de faros de iodo, presión de aceite y el indicador de funcionamiento del sistema eléctrico para bajar o subir la ventanilla de la luneta trasera que trabaja por medio de un botón colocado en el tablero. Bueno ... hemos terminado con los instrumentos que componen el panel del TS, que de más está decir son marca Jaeger. Como opcionales se ofrece al público un modelo con comando eléctrico de la totalidad de las ventanillas y cinturones de seguridad en los asientos delanteros y traseros. 

Esta es la versión R-16. Parrilla igual a la del TS, pero sin los faros de yodo. 

La caja de velocidades tiene el selector al volante y es de cuatro marchas. Las relaciones son las mismas que en su predecesor el R-16, salvo la segunda marcha que es un poco más larga. Su accionamiento es correcto debido a un buen sistema de varillaje. Los frenos están acordes a las cualidades deportivas del auto, pues son de disco adelante y a tambor atrás. Los 87 HP extraídos de los 1565 cm3 hacen del nuevo R-16 ST un auto potente con evidentes cualidades "corsas" y que a su vez cumple con las funciones elementales de un auto de turismo familiar. 


Con sus rebosantes 87 HP el nuevo Renault R-16 "TS" está a la altura de los más veloces de su clase, manteniendo una gran capacidad interior y un equilibrado diseño de líneas 


Uno de los detalles sobresalientes del Renault R-16 TS es su extraordinaria tenida en ruta. En un coche rutero con aptitudes para desarrollar velocidades elevadas y encarar curvas veloces sin mayores inconvenientes. Simplificando: brillantes aptitudes ruteras. Como auto familiar también está en primera línea. Es amplio, confortable y con una capacidad interior insospechada si uno lo observa exteriormente. Todo el espacio está aprovechado al máximo y no hay problema alguno en que cinco personas (de peso y tamaño normal) ocupen los asientos existentes. Además aún queda un espacio considerable para las maletas o cualquier otro tipo de equipaje. 
En fin, un auto agradable, estético, y con francas inclinaciones a coche agresivo... deportivo. Un auto para pasear con la familia y crucerear sin mayores inconvenientes a una velocidad del orden de los 130-135 km/h, con su señora, los dos chicos y su suegra (bendita sea ella). Por supuesto que para los menos exigentes, se sigue produciendo el R-16 (así solito, sin el TS) que anda mucho más livianito y ofrece las mismas comodidades. Así, queda presentado a los lectores de PARABRISAS-CORSA el Renault R-16 "TS". 



lunes, 17 de enero de 2011

Clásicos: Peugeot 205 Turbo 16 4x4


4x4... Turbo 16
Revista Motor 16 Nro 33. Junio de 1984

Para poder utilizar este coche en los rallyes del Mundial era necesaria la homologación del coche en el denominado Grupo B, equivalente a los antiguos Gran Turismo. Para conseguir tal homologación, la Federación Internacional del Deporte del Automóvil pide una fabricación mínima de 200 unidades en doce meses consecutivos. Si después la producción se continúa o no, eso es cosa que no le preocupa -sigue-


Lea la nota completa en Test del Ayer