Siempre funcionalidad
Revista Corsa Nro 104. Abril de 1968
Renault lanzó al mercado automotriz europeo su nueva versión del R-16. Más potencia, más cilindrada, vale decir más "sprit"
En el Salón de Ginebra de 1965, la casa Renault presentó un nuevo modelo que marcó una nueva línea a seguir por los diseñadores de autos para uso familiar. Siguiendo los designios de Issigonis (Mini Minor), se lanzó el R-16 tratando de aprovechar en la mejor forma el espacio interior en un vehículo de tamaño mediano. Esa fue la preocupación de la Regle Nationale de Usines Renault cuando proyectó la producción en serie del modelo R-16.
Desde ese momento hasta nuestros días han pasado ya casi tres años. Su aspecto exterior sigue siendo el mismo a excepción de la incorporación de dos faritos de iodo y algunos cambios en el tablero de instrumentos. En lo que respecta al motor el asunto cambia. De los originales 1.470 cm3 de cilindrada que poseía el R-16, fueron llevados a 1565 cm3 alargando la carrera en 3 mm y el diámetro en 1 mm. Sumando a esto el cambio del Solex por un Weber de 32 mm de garganta y una potencia efectiva de 87 HP (SAE), la Renault llamó a este auto R-16 "TS", que es el coche del que nos ocuparemos en las líneas que siguen.
Aquí se muestra la versión TS de cuerpo entero. Más potencia, más velocidad y un estilo personal. Siempre funcionalidad
La primera impresión que se tiene del Renault R-16 "TS", es que se está ante un auto agradable, sencillo y principalmente funcional. No se puede decir que sea un auto "lindo", pero tiene una fuerte personalidad. Una parrilla de buen estilo y gusto que aloja dos faros rectangulares que mantienen las líneas angulosas de la carrocería en general. Uno de los detalles que aumenta su belleza es la generosidad de superficie que ostentan las ventanillas laterales, parabrisas y luneta. Todo es "vidrio", todo es visibilidad en el más amplio sentido de la palabra.
Al abrir las puertas y sentarse frente al volante se recibe el segundo impacto. Interior sobrio, elegante y un tablero muy completo; cosa bastante poco común en autos de fabricación francesa. El R-16 TS tiene un panel de instrumentos con todas las de la ley. O mejor dicho, con todo lo que se necesita para poder realizar un viaje con la tranquilidad que brinda el "saber cómo andan las cosas". Pero vayamos a los hechos y detallemos: de izquierda a derecha un reloj indicador dividido en tres sectores correspondientes a un medidor de combustible, un amperímetro y el termómetro de temperatura de agua. Al lado uno más grande que corresponde al cuentarrevoluciones. Luego el velocímetro, cuentakilómetros total y parcial. Incorporado a éste, una luz violácea que indica luces altas encendidas y una verde como indicador de giro. Por último, otro del mismo tamaño que el primero, es decir más pequeño, para mantener la simetría, donde se encuentran las luces testigos de faros de iodo, presión de aceite y el indicador de funcionamiento del sistema eléctrico para bajar o subir la ventanilla de la luneta trasera que trabaja por medio de un botón colocado en el tablero. Bueno ... hemos terminado con los instrumentos que componen el panel del TS, que de más está decir son marca Jaeger. Como opcionales se ofrece al público un modelo con comando eléctrico de la totalidad de las ventanillas y cinturones de seguridad en los asientos delanteros y traseros.
Esta es la versión R-16. Parrilla igual a la del TS, pero sin los faros de yodo.
La caja de velocidades tiene el selector al volante y es de cuatro marchas. Las relaciones son las mismas que en su predecesor el R-16, salvo la segunda marcha que es un poco más larga. Su accionamiento es correcto debido a un buen sistema de varillaje. Los frenos están acordes a las cualidades deportivas del auto, pues son de disco adelante y a tambor atrás. Los 87 HP extraídos de los 1565 cm3 hacen del nuevo R-16 ST un auto potente con evidentes cualidades "corsas" y que a su vez cumple con las funciones elementales de un auto de turismo familiar.
Con sus rebosantes 87 HP el nuevo Renault R-16 "TS" está a la altura de los más veloces de su clase, manteniendo una gran capacidad interior y un equilibrado diseño de líneas
Uno de los detalles sobresalientes del Renault R-16 TS es su extraordinaria tenida en ruta. En un coche rutero con aptitudes para desarrollar velocidades elevadas y encarar curvas veloces sin mayores inconvenientes. Simplificando: brillantes aptitudes ruteras. Como auto familiar también está en primera línea. Es amplio, confortable y con una capacidad interior insospechada si uno lo observa exteriormente. Todo el espacio está aprovechado al máximo y no hay problema alguno en que cinco personas (de peso y tamaño normal) ocupen los asientos existentes. Además aún queda un espacio considerable para las maletas o cualquier otro tipo de equipaje.
En fin, un auto agradable, estético, y con francas inclinaciones a coche agresivo... deportivo. Un auto para pasear con la familia y crucerear sin mayores inconvenientes a una velocidad del orden de los 130-135 km/h, con su señora, los dos chicos y su suegra (bendita sea ella). Por supuesto que para los menos exigentes, se sigue produciendo el R-16 (así solito, sin el TS) que anda mucho más livianito y ofrece las mismas comodidades. Así, queda presentado a los lectores de PARABRISAS-CORSA el Renault R-16 "TS".
Famoso robo industrial a Citroën...
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