miércoles, 8 de octubre de 2025

Autoclásica del año 1998. La primera de todas

Subiendo a la rampa bajo la lluvia del domingo a la tarde, la Ferrari 195 Inter de 1952 que perteneciera a la actiz italiana Ana Magnani, fue -con toda justicia- uno de los finalistas del concurso de elegancia. Su actual y afortunado poseedor es Daniel Sielecki, quien corrió una de las últimas Mille Miglia con este hermoso auto

El éxito y el público acompañaron la primera edición de "Auto Clásica"
Por Gustavo Arsuaga
Fotos Miguel Tillous
Revista Corsa Nro 1687. Noviembre de 1998

Se esperaba que la primera edición de "Auto Clásica", la exposición realizada el 14 y el 15 de noviembre en el Hipódromo del Jockey Club de San Isidro, sería digna de visitar. Con el buen antecedente de la exposición realizada el año pasado en la Rural de Palermo donde lograron juntar 70 autos, el Club de Automóviles Clásicos -presidido por Miguel Angel Devoto- supo interpretar el creciente interés despertado justamente por el automóvil clásico. 
Una semana después de las Mil Millas Sport y junto con una bien realizada tarea de difusión (incluyendo afiches en las "pantallas" del Partido de San Isidro, cuya Municipalidad apoyó la muestra) tuvo una repercusión muy grande, superando ampliamente las expectativas más optimistas. 

El sábado 14, un día ideal con mucho sol, "Auto Clásica" recibió a unas ocho mil personas. El domingo, a pesar de la lluvia caída desde las primeras horas del día y hasta bien entrada la tarde, asistieron otras cinco. Un éxito rotundo sustentado por una muy buena organización con un importante patrocinio, conformada por cinco socios del club, un responsable de diseño y un gerente de producción. 

Así, en este festival del automóvil clásico inspirado en el de Peeble Beach en California, Estados Unidos, y en otros de Europa, se expusieron en cinco hectáreas, 397 autos con la presencia de 17 clubes de marcas (Alfa Romeo, Ferrari, Mercedes-Benz, MG, Jaguar, Cisitalia, Porsche y otros), y varias carpas de marcas en las que convivieron en armonía ejemplares de años idos con los vehículos actualmente en producción (Porsche, Alfa Romeo, Jaguar, Audi, Volkswagen, Ford y Chevrolet). 

Otro aspecto que tuvo una gran repercusión en el público, casi a la par de la contemplación de la maquinaria más exquisita, fue la "auto jumble" (o como le dicen en España, "el mercadillo", o en Estados Unidos, "feria de garaje") donde, en 34 puestos, podían adquirirse todo tipo de artículos relacionados con la llamada "automobilia": anuarios, revistas, manuales, catálogos, autitos de colecciónde ayer y de hoy (los famosos "Dinky Toys" y "Matchbox" no podían faltar), surtidores, carteles de publicidad, prendedores ("pins"), faros, parrillas, insignias y todo tipo de repuestos. Entre estos artículos no podía estar ausente "La Unica" : los números de la década del '70 conteniendo los buscados "road tests" se cotizaban a $ 15 el ejemplar. Asimismo, entre los vendedores de repuestos estuvieron algunos de los más importantes restauradores de nuestro medio. 

La organización puso a disposición un ómnibus AEC Routemaster, el típico londinense de dos pisos ("double decker"), para llevar a la gente desde una punta a la otra de la exhibición. Mientras se caminaba por la gramilla, uno podía saciar su sed con una fresca cerveza alemana o entonarse con un buen café gentileza de una marca del tipo soluble, mientras una orquesta de cámara de jóvenes músicos, una banda de gaiteros u otra orquesta más popular matizaban la tarde. 

También hubo un sector dedicado a las motocicletas, un "auto-mart" donde había algunos autos en venta (un Ford 1937, un Cadillac 1938 y un Lamborghini Miura). "Nos imaginamos un jardín con los autos de colección mientras se podía escuchar música clásica", nos confesaba Roberto Gómez, uno de los integrantes del Comité Organizador junto a Jorge Dunstan, Gerardo Bianchi, Pedro Mon y Vlado Vucojisic

"No sabía que los autos antiguos fueran tan lindos, incluso mucho más que algunos de los de ahora", fue la opinión escuchada no en boca de los más grandes sino de los más jóvenes, sorprendidos por la fuerte personalidad de las líneas de las esbeltas carrocerías. 

Los integrantes del Club de Automóviles Clásicos ya están trabajando en la edición del año que viene. Esté atento y no se la pierda. No sólo no se arrepentirá, sino que querrá que ese fin de semana dure mucho más que dos días.

Los más venerados

Los autos expuestos fueron ubicados por categorías en "corrales", y ellas fueron: Veteranos (hasta 1918), Vintage (1919 a 1930), Postvintage (1930 a 1942), Postguerra (1946 a 1963), Contemporáneos (1963 a 1980), Baquets (autos abiertos, modificados para competición) y Artesanales Argentinos (de auténtico cuño nacional). 

Entre los que concitaron la mayor atención estuvieron el Krieger francés de 1898, impulsado por dos motores eléctricos, propiedad de Alberto Liechtenstein, y el Anasagasti de 1912. Este fue el primer auto fabricado en nuestro país, y de las alrededor de 60 unidades construidas quedan sólo dos. Entre otras marcas distinguidas hubo seis Ferrari, cuatro Rolls-Royce, una decena de Porsche, cinco Jaguar, dos Cord, un AC Cobra y un Ford GT40 (estos dos últimos, propiedad de Gregorio "Goyo" Pérez Companc, ferviente entusiasta de los pura-sangre mecánicos. 

También merece destacarse la baquet Studebaker 1927 que perteneció a Cástulo Hortal, propiedad de Vlado Vucojicic. Otros autos notables fueron los presentados por el coleccionista Luis Gold (Delage '34, Cord '36, Bentley 61 /2 1928, Morgan Aero triciclo '30 y el Vauxhall 0E-3098 1928 con carrocería de aluminio). Ricardo Botta presentó un Chevrolet Corvette 1960 y un Mercedes-Benz 300 SL roadster, pieza única en la muestra. 

Todos los autos expuestos participaban del Concurso de Elegancia, habiendo un voto por expositor, los socios del Club -votaban sólo los que querían hacerlo- y un voto por la Comisión del Concurso, integrada por Jackie Forrest Greene, Alberto Liechtenstein, Roberto "Bitito" Mieres, Clorindo Testa y Jorge Ferreyra Basso. De los 33 autos que desfilaron por la rampa bajo la lluvia del domingo a la tarde, empataron el primer puesto tres ganadores: el Mercedes 1908 de Liechtenstein, el Delage D8 de Gold y el Cord de los hermanos Emilio y Eduardo Ramírez Calonge. 


Resguardados de la lluvia por el follaje, había en venta desde un Isetta 300 que se ofrecía junto a antiguos autos a pedal, surtidores, carteles y artículos que nada tenían que ver, como botellas, trenes eléctricos o un caballito


Una de las grandes atracciones fueron sin duda los puestos de "autojumble", donde podía comprarse todo tipo de repuestos de autos de todas las épocas. Hubo precios módicos y de los otros, pero tanto feriantes como públicos quedaron contentos por igual


El Ford GT-40, bello y poderoso GT con motor V8 que dominó Le Mans y la escena Sport en la segunda mitad de los 60. Su propietario es Gregorio Perez Companc, otrora insondable empresario, hoy abierto a la popularidad por la irresistible pasión que crean los autos de colección


Hubo un sector para las motos, donde pudo apreciarse, entre otras, esta Indian 1928 bicilindrica en V de 1.200 cm3, perteneciente a Luis Gold


Uno de los stand donde hicieron fuerza juntos por la marca la propia fábrica y el club


Con verdadera devoción el público observa subir a la rampa al Mercedes Benz 300 cuatro puertas convertible de principio de los 50


Bajo el cielo plomizo y con algunas gotas sobre su imponente carrocería luce el Delage de Luis Gold, uno de los autos que compartieron el primer puesto del concurso de elegancia

Uno de los autos más bellos de la historia, como lo es el Jaguar E Type, no podía faltar. Este magnífico roadster es de Roberto Gómez

No hay comentarios:

Publicar un comentario