Uno de los 37 Hummer adquiridos por el Ejército. Nótese los anclajes sobre el capot (de Kevlar y fiberglass) para trasladar el vehículo en helicóptero
Invitados por el Ejército Argentino visitamos el Escuadrón de Exploración y Caballería Blindada 1, donde tuvimos la oportunidad de probar uno de los 4x4 más utilizados por las fuerzas armadas de todo el mundo
Once de la mañana. Las barreras de la guardia nos abren paso hacia el interior de las calles del Escuadrón de Exploración "Coronel Isidro Suárez", un moderno conjunto de edificios emplazados en la localidad de Arana, a pocos kilómetros de La Plata. La misión es probar el famoso Hummer.
Tras presentar nuestras credenciales a la Policía Militar nos dirigimos a la oficina de recepción. El trayecto invita a recorrer con la vista la zona parquizada y de paso espiar entre los árboles para ver si descubrimos algunos de estos doble tracción por ahí. Pero nada. La cantidad de vehículos estacionados en la playa del Casino de Oficiales son todos particulares, notándose la ausencia de los tradicionales jeep militares.
La razón de ello es justamente el nuevo HMMVH (apócope de High Mobility Multipurpose Wheeled Vehicle) del ejército norteamericano que nace a finales de la década del '70 para reemplazar la serie de modelos tácticos livianos empleados hasta ese momento. Lo que significó el certificado de defunción de los Jeep M151 de un cuarto de tonelada y de los M274 de media, entre otros. Con los Hummer la jerarquía militar obtuvo la simplificación de los problemas de instrucción, mantenimiento y repuestos.
Ahora avanzamos entre callecitas estrechas y señales de tránsito que prohiben la circulación de tanques. La impaciencia nos carcome y los vehículos no aparecían. Tras la recepción de los oficiales recorrimos el didáctico museo que desanda la guerrera historia del escuadrón. El primer contacto con el Hummer, entre café y café, fue un ilustrativo video militar, con escenas que bien podrían pasar a formar parte de alguna exigente película del género. Claro que el jueguito de la imaginación acaba cuando después de la proyección nos topamos, frente nuestro, con un pequeño ejército de tres Hummer. Lo que más impresiona es lo ancho de estos aparatos. Y mucho más si están estacionados en esa estrecha callecita bordeada por cordones prolijamente pintados de blanco.
EN GUARDIA
El Hummer Militar que probamos fue configurado originalmente en seis tipos y con los años se agregaron 20 subtipos más. Esta familia permite que uno solo de ellos pueda desarrollar distintas funciones. Todos comparten la misma plataforma convertible de acuerdo al kit elegido: de carga, transporte de personal, comunicaciones, ambulancias, etc.
La transformación va desde una pick-up hasta un acorazado con un lanzagranada MK 19 calibre 40mm en el techo. Otra posibilidad, aunque trae más dolores de cabeza inscribirlo en el registro automotor, es el equipado con lanza misiles TOW (Tubelaunched Opticallytracked Wireguided).
El rol de los Hummer en el ejército es el reconocimiento del terreno. No es difícil, entonces, deducir su versatilidad. El interior es rústico, justamente lo que necesita alguien que debe mojarse hasta la cintura para constatar la profundidad de los cursos de agua. El conductor modula solamente el acelerador o el freno. Y esto último con precaución, porque apenas se aplica presión al pedal el vehículo obedece inmediatamente la orden, obra de los discos ubicados sobre el mismo eje que transmite movimiento a las ruedas. De la potencia se encarga la caja de velocidades automática y el diferencial. Lo constatamos después de sortear la primera pendiente en la pista. Esto deja una fuerte sensación de seguridad que aumenta a medida que avanza en el terreno.
La inclinación longitudinal durante la marcha supera las expectativas porque las suspensiones absorben buena parte de las irregularidades topográficas. Aquella impresión de estar al borde del vuelco en un Jeep o un Unimog desaparece por completo. El Hummer trepa escalones de medio metro y le resulta relativamente sencillo hacerlo con la tracción integral y el empuje del motor. Es que el aparato está tan bien pensado que le quita un poco de diversión a los que gustan del off road. Pero su nobleza es capaz de llevarlo a zonas inaccesibles o comprometidas para los demás 4x4.
Fotos: Armando Rivas
Las suspensiones son independientes en las cuatro ruedas y perfectamente intercambiables entre traseras y delanteras. Resiste hasta dos toneladas
Vista del motor y radiadores superpuestos: de aceite, de dirección hidráulica, de goma y un tercero del motor, la caja de transferencia y velocidades
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