martes, 18 de febrero de 2025

Formula 1. Presentación del Lotus 80 Cosworth con Carlos Reutemann

Revista Autopista Marzo de 1979

Mucho tiempo se llevaba hablando ya del Lotus-Ford MK80, nuevo F-1 de Colin Chapman con el que el famoso técnico y constructor británico iba a dar un nuevo paso en el de-sarrollo de la tendencia «wing-car» de la que su equipo ha sido el principal impulsor. 

Como el «team» Lotus ha demostrado primeramente con sus modelos 78 y luego con los 79, en el apartado de la aerodinámica, y más particularmente el llamado «efecto-suelo», había mucho por hacer, y, antes de inspirar a diversos nuevos modelos caracterizados por una idea similar, sus 79 han dado a lo largo de la temporada 1978 toda una demostración de eficacia y superioridad. 

Con sus modelos del año pasado superados ahora por los Ligier e incluso por los Tyrrell (ambos claramente inspirados en ellos), Chapman contaba en su nuevo MK80 para recuperar su privilegiada posición de pionero en la técnica más efectiva. 

Aunque de momento el coche presentado este pasado fin de semana en Brands Hatch es una incógnita, a tenor de los resultados conseguidos por sus anteriores modelos, es de prever que en el curso de unos meses pueda convertirse en el «arma absoluta» de la F-1. 

Como puede apreciarse en las fotos el Lotus 80 se caracteriza por un máximo cuidado de su penetración aerodinámica, hasta el punto de haberse suprimido los alerones delanteros, mientras que el trasero constituye una prolongación de los flancos y a su misma altura, sin sobresalir como es habitual. Los flancos, sin embargo, son clásicos, llevando por su parte superior la salida de aire de los dos radiadores laterales. aire que entra por el extremo delantero de los flancos. 

Atrás, los frenos no van acoplados al diferencial, sino que, para carenar mejor la zona del cambio y grupo se han dispuesto en las propias ruedas, si bien esto acentúa el peso no suspendido. Incluso los semiejes de transmisión van carenados atrás, apareciendo a la vista sólo los triángulo inferiores de suspensión. Los escapes, por supuesto, quedan dentro del carenado y su salida es superior, por detrás del cambio. La parte inferior del coche, de esta forma, no puede quedar más suave y libre de protuberancias u obstáculo al flujo armonioso del aire. 

Otra característica destacada es el amplio uso de «faldillas» de estanqueidad, mucho más profuso que en otros coches, apareciendo incluso a ambos lados del morro.



Foto Revista Corsa Nro 699. Marzo de 1979

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