sábado, 22 de febrero de 2025

Prueba de la Yamaha FZR-1000 Génesis


"Casi un avión"
Revista Road Test Nro 17. Marzo de 1992

La apertura de la importación permitió el ingreso al país de motos de última generación. Entre ellas se destaca la Yamaha FZR-1000, que tiene prestaciones aeronáuticas

Los apasionados por las motos en nuestro país periódicamente tienen grandes satisfacciones dadas por las circunstanciales aperturas del mercado ahora, aparentemente definitiva. Desde mediados del año pasado comenzaron a verse por las calles y rutas argentinas sofisticadísimos aparatos con formas muy similares a las que todos conocíamos en las viejas motos. Porque poseen dos ruedas y un aspecto muy parecido, pero nada tienen que ver con las viejas Suzuki-550 o las deseadísimas Honda Goldwing.

Entre todos los modelos de reciente aparición se destaca la Yamaha FZR-1000 Genesis, una moto con prestaciones dignas de algún producto de la NASA. A pesar de ser "de calle" (de paseo se llamaban antes) tiene aspecto racing. El piloto va muy recostado hacia adelante, lo que es ideal en términos aerodinámicos, pero no tanto cuando uno tiene que ir a buscar a la novia a La Lucila. 
Exteriormente es muy llamativa, casi "cirquera" se diría. Ruedas grandes, neumáticos anchos y un llamativo carenado que le da un toque distintivo, y hace que las chicas lo miren a uno con el consiguiente fortalecimiento del ego. El escape y los discos de freno (de generoso diámetro) denuncian inmediatamente la presencia de una moto de óptimas prestaciones. 

Otra tecnología

Respecto a las viejas motos las cosas han cambiado bastante, ya en lo que hace al chasis. Los cuadros ahora son del tipo Deltabox, más cortos, livianos y resistentes. Una vez en marcha, llama la atención la estabilidad direccional. Se puede estar crucereando a 180 km/h y la moto va derecha sin ningún tipo de reacción imprevista. Hasta se puede soltar el manubrio sin inconvenientes, prueba poco aconsejable, por cierto. 

El motor es un 1003 cm3 (75.5 x 56 mm) con 4 cilindros y 20 válvulas que eroga 117,7 CV (DIN). Considerando que pesa algo más de 200 kilos (en su categoría es una de las más livianas), se deduce que su relación kg/CV es más que interesante (1,72) exactamente. La suspensión delantera es por horquilla invertida con amortiguadores telescópicos, mientras que la trasera es del tipo Monocross 5,1". El diámetro de los discos delanteros -flotantes- es 320 mm mientras que el de los traseros, también flotantes, es de 267 mm. 

Un super cohete

A la hora de las prestaciones comienza el asombro. Esta Yamaha Genesis alcanza una velocidad máxima de 269 km/h lo que consideramos más que suficiente. Ahora si tiene ganas de acelerar en un semáforo estará a sus anchas. Acelera de 0 a 100 km/h en 2,9 segundos y recorre los 400 metros con partida detenida en 10,50 segundos alcanzando en ese lapso una velocidad de 214 km/h. Claro que la posibilidad de llegar esas velocidades y valores de aceleración no es para cualquiera. Por lo general aparece antes el límite del piloto y luego el de la moto.

Por el lado de las virtudes pueden destacarse las prestaciones brillantes, el poder frenante dado por los discos flotantes y la impecable estabilidad direccional. Como desventajas pueden señalarse la posición de manejo buena para circular a altas velocidades pero incómoda en la ciudad y suspensiones muy duras que se traducen en un confort de marcha inadecuado sobre todo en el empedrado o en la mayoría de las calles de Buenos Aires. Por otra parte, el motor no es demasiado elástico y hay que tenerla siempre en vueltas. Las motos están nuevamente entre nosotros. Bienvenidas sean. 

Por Fernando Francia 


La menos brusca de las aceleradas permite levantar la rueda delantera de la Génesis. Cuando los 117 CV se transmiten al piso hay que saber dominarlos. En ruta mostró una tenida sorprendente, aun a altas velocidades


La Yamaha FZR-1000 Génesis es una moto sumamente atractiva y llama la atención por su escasa altura y la posición de manejo que debe adoptar el piloto al conducirla


Suspensión delantera


Tablero


En el motor reside el encanto de estas superbikes. La Yamaha FZR-1000 posee una tapa de cilíndros de singular diseño y en sus cuatro cilíndros lleva 20 válvulas. De otro planeta

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