Revista Parabrisas Nro 179
Septiembre de 1993
JORGE TARQUINI / FOTOS NELLIE SOLITRENICK
Con ideas innovadoras, Yves Dubreil demuestra que autos pequeños no son sinónimo de retraso tecnológico
Una de las más grandes atracciones del momento en Europa mide 1,42 metros de altura, 3,43 de largo, tiene el divertido nombre de Twingo y el aspecto de un juguete. Pero este autito no está para juegos: lanzado a fines de marzo, ofrece motor de 1,2 litros con inyección single point, potencia de 55 CV y velocidad máxima de 150 km/h. Más todavía: está dispuesto a encabezar la lista de los más vendidos de aquel continente en el segmento de los pequeños, que llega a cuatro millones de unidades por año, es decir un tercio del total de las ventas en el Viejo Mundo. Para enfrentar en un pie de igualdad a competidores como el Fiat Cinquecento, Nissan Micra, Opel Corsa y el propio Renault Clio, su estrategia reside justamente en las diferencias que presenta en estilo, soluciones de espacio interno, practicidad para conducirlo y economía de combustible. Y fue del tablero del diseñador Yves Dubreil, gerente general de proyectos de Renault, donde surgieron los conceptos que muestran, una vez más, la posibilidad de aunar tecnología y modernidad, incluso en el modelo más barato de la fábrica. Nacido en Rennes, este ingeniero de 45 años (la mayoría de ellos acompañado por su pipa), siempre fue un apasionado por los automóviles y las carreras.