sábado, 23 de abril de 2022

Motonáutica: Los secretos de "La Gran Argentina"


Revista A Todo Motor Nro 5.
Marzo de 1995
Por Germán Barbot

Daniel Scioli y Fabio Buzzi se han convertido en los dueños del Río de la Plata, luego de batir los records existentes entre Buenos Aires - Montevideo y Montevideo - Punta del Este. De proa a popa, presentamos la lancha que orilló los 150 km/h de promedio entre las capitales del Plata

En su reciente visita al país, donde aceleró "La Gran Argentina" de Daniel Scioli hacia la obtención de dos importantes records (Buenos Aires-Montevideo y Montevideo-Punta del Este), ATM Magazine tuvo la posibilidad de entrevistar al ingeniero Fabio Buzzi, diseñador, constructor y copiloto de la lancha que obtuvo el campeonato ecuménico de Offshore fondo en "V" en Key West, Estados Unidos. 

El ingeniero Buzzi, además de ser un gran apasionado del Offshore, es un hombre franco, que habla claro y no tuvo reparos en contarnos algunos de los secretos de su reciente creación.
Dijo que la lancha está impulsada por cuatro motores Diesel, biturbo, marca "Seatek", de 1.100 HP de potencia cada uno, montados en popa, dos por banda, uno detrás del otro. Mediante un veedrive (caja inversora) por motor, consigue que los ejes salgan hacia popa con un ángulo muy conveniente, casi paralelos al fondo de la embarcación. Los motores trabajan a un régimen máximo de 3.200 rpm, lo que mediante la multiplicación de 1:1,5 que poseen las cajas, hacen girar las hélices a 4.800 rpm. Estas son de acero inoxidable, de 5 palas y 15 pulgadas de diámetro. Las externas tienen 31 pulgadas de paso, mientras que las internas sólo 29 pulgadas. La hélice externa de la banda de babor gira hacia la izquierda y la interna hacia la derecha, invirtiendo el sentido de giro en las hélices de estribor. El tener hélices contra-rotantes en cada banda mejora la navegación, ya que evita el desagradable y peligroso rebote de banda a banda que tienen los fondos en V, conocidos como "chain walking". 


Con las hélices que mencionamos. la lancha estaba lista para iniciar la travesía a Montevideo y Punta del Este y, con todo su combustible, apenas tenía un 13 por ciento de pérdida. Para las carreras de circuito, como el Campeonato Mundial de Key West, le coloca hélices de 26 pulgadas de paso, manteniendo las mismas características que las otras. De esta forma, aunque merman la velocidad final, tienen mucha más aceleración a la salida de las boyas.
Finalizando el tema de las hélices, nos decía el ingeniero Buzzi que las de 31 "son las mismas que utilizó el año pasado, cuando hizo el récord absoluto de Offshore (230 km/h. de promedio) con un catamarán de su diseño, llevando como copiloto al italiano Valentino.
Uno de los aspectos más curiosos de la embarcación son las dos aletas transversales que tiene en proa, las que están construidas en madera, revestida con fibra de car
bono. Estos adminículos tienen por objeto impedir que la lancha pique hacia abajo cuando "pinchan" una ola. Este es uno de los pocos lugares del casco que está trabajado con carbono, al que considera un material peligroso, ya que si bien es muy resistente a la tracción, no lo es a la compresión, donde puede estallar. El ingeniero Buzzi prefiere el kevlar, material con el que está construída prácticamente toda la lancha, ya que es resistente en ambos sentidos y más flexible. Le preguntamos cuántas veces había tenido necesidad de utilizar las aletas en carrera y respondió que una sola vez: en la regata del mundial, la lancha llegó a clavarse de punta. "Las aletas cumplieron a la perfección su cometido y en ese momento me sentí muy feliz de haberlas colocado", remarcó.
El puesto de mando semeja más al cockpit de un avión de combate que al de una lancha de carrera. Las butacas están colocadas una detrás de la otra. La delantera, con una visibilidad aceptable gracias a su parabrisas envolvente, es la que ocupa Daniel Scioli.
Aquí destaca un volante Momo de diseño especial, adaptado a las necesidades físicas de Daniel, quien tiene a su alcance la computadora de navegación y el compás. En el asiento trasero, el ingeniero Buzzi tiene los cuatro aceleradores y las palancas que accionan la carga y descarga de los tanques de agua, imprescindibles para variar la distribución de peso de la embarcación, según las condiciones climáticas. Tiene, además, los paneles con los instrumentos de los motores y las llaves que accionan bombas de agua, combustible y el aire acondicionado. Todo el cockpit queda cerrado por una cabina, que protege a los tripulantes en casos de accidentes y evita que el impacto del agua sobre ellos pueda traer graves consecuencias.
El conjunto cockpit-cabina es eyectable, teniendo los mandos para ello al alcance de la tripulación. También puede accionarse desde la parte externa de la embarcación, en caso de que ésta vuelque y la tripulación quede inconsciente. El sistema de eyección consta de poleas y cables -accionados por la liberación del dióxido de carbono almacenado a presión en un tanque-, que en décimas de segundo desconecta automáticamente los mandos de aceleración, dirección y sistemas eléctricos.
La comunicación entre Daniel y el ingeniero Buzzi se efectúa por medio de intercomunicadores en sus cascos. Scioli manifestó que tuvo que acostumbrarse a la nueva posición -en las lanchas anteriores manejaba parado-, donde va atado a la butaca, tiene techo, da un poco de sensación de claustrofobia y se pierde la noción de la velocidad.
El peso de la embarcación, sin combustible, es de 7.500 kg. y, en orden de largada, aproximadamente de 9.000 kg., ya que carga 1.800 litros de gas-oil, siendo su consumo estimado en nueve litros por cada milla naútica recorrida (1 milla=1850 mts.).
Nos decía el ingeniero Buzzi que con y sin combustible, prácticamente no hay diferencia de velocidad, sólo 2 ó 3 millas, pero que pierde muchísimo reprise con los tanques a pleno. 
Por sus 15 metros de eslora y sus 9 toneladas de peso, esta embarcación no se acelera en la marejada como los catamaranes de las clases chicas a que estamos acostumbrados en nuestras regatas, donde los buenos pilotos cortan sobre cada ola que excede el límite de la lancha y vuelven a acelerar a continuación, sino que se busca una velocidad acorde al oleaje y sólo se corta cuando se vuela muy alto. Como invitado especial de Daniel Scioli y el ingeniero Buzzi al exitoso intento de récord en el Río de la Plata, asisitó John Carbonell, presidente de la Super Boat Racing de Estados Unidos, asociación que organiza el Campeonato Mundial de Superboat para el mes de noviembre de 1995. Carbonell se manifestó esperanzado en que Scioli y Buzzi participen en el Superboat Racing Circuit, especie de campeonato nacional americano que comienza el 23 de abril, en Miami, Estados Unidos.
Teniendo en cuenta el récord establecido en 1994 entre Buenos Aires - Punta del Este y luego de haber batido los dos records que Gerardo Lorenzino mantenía entre Buenos Aires - Montevideo (1980) y Montevideo - Punta del Este (1986), bien puede decirse que Scioli y Buzzi se han convertido en los dueños del Río de la Plata.


Daniel Scioli y otro premio; en este caso el título ecuménico de Offshore fondo en V


El ingeniero Fabio Buzzi, diseñador, constructor y navegante de "La Gran Argentina", cuenta sus secretos

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