lunes, 6 de julio de 2015

Opel Speedster


Aires de juventud
Revista Automovil (España) Nro 272. Año 2000

General Motors parece dispuesta a proporcionar a Opel una imagen más dinámica y juvenil. Para conseguir este objetivo ha desarrollado en colaboración con Lotus un espectacular biplaza denominado Speedster, que prescinde de todo lo superfluo para alcanzar la máxima eficacia y un placer de conducción supremo

La historia del Speedster comenzó a escribirse en el Salón de Ginebra de 1999, con la presentación en sociedad del primer prototipo. Sólo tres meses antes, General Motors había dado luz verde al proyecto de desarrollar un biplaza de marcado talante deportivo. Con este modelo se pretendía crear una imagen más deportiva y juvenil de la marca, ya que en los últimos tiempos se había vuelto demasiado seria y familiar. Con este modelo lo que se intenta es crear ilusión tanto en la clientela como en los propios trabajadores que integran la gran familia Opel. 
Para abaratar costes y limitar el tiempo de desarrollo, Opel llegaba a un acuerdo con la firma Lotus para construir el Speedster tomando como base de partida la plataforma y las suspensiones del Elise. Como recordarán los más entendidos, Lotus estuvo integrada hace algunos años en GM, pero tras la venta a la firma malaya Proton, sigue colaborando intensamente con el gigante americano.
El Speedster tiene muchos puntos en común con el Elise, si bien se trata de un coche más grande y sus pretensiones son también mayores. No en vano, la distancia entre ejes ha crecido 30 mm, mientras que las vías delantera y trasera lo hacen en 10 y 20 respectivamente. La carrocería, realizada en material compuesto reforzado con fibra de vidrio, también ofrece mayores dimensiones y ha mejorado notablemente en calidad de realización y ajuste. El diseño de esta última es obra del británico Martin Smith y, como se puede observar, además de resultar muy moderna, ofrece un enorme atractivo.
Derivado del que se utiliza en el Lotus Elise, el chasis está construido en aluminio extrusionado y las uniones están remachadas y pegadas con una resina especial. Sumamente rígida. esta plataforma puede presumir también de una gran ligereza, ya que sólo pesa 71 kg.
Las suspensiones de paralelogramo deformable que monta este deportivo están inspiradas en las del Elise pero son muchos los componentes que cambian. Asimismo también se dispone de unos reglajes del conjunto muelle-amortiguador más suaves, con el objetivo de alcanzar un mayor confort y un comportamiento más progresivo. Las llantas son de 17" y los neumáticos Bridgestone Potenza diseñados especialmente para este modelo, cuentan con medidas más generosas en el tren posterior que en el anterior. 
Los discos de freno autoventilados de 288 mm provienen del Vectra V6 y, al igual que en el Lotus, las pinzas están firmadas por AP. A diferencia del Elise, los frenos del Speedster están servoasistidos y disponen de un ABS de última generación que cuenta, no obstante, con un tarado muy deportivo. Y es que está claro que en la filosofía de Opel cabe el carácter más deportivo y radical, pero la seguridad tiene que cuidarse al máximo. De esta manera no es de extrañar que el pequeño volante Momo forrado en piel cuente con airbag y que los cinturones de seguridad dispongan de pretensores pirotécnicos. 
El motor escogido para la ocasión es el nuevo ECOTEC de 2.2 litros de 147 CV estrenado recientemente en el Astra Coupé y lo mismo ocurre con la caja de cambios. Este propulsor no tiene una personalidad extremadamente deportiva pero ofrece elevadas dosis de par en toda la gama de revoluciones. Su peso es muy contenido (sólo 138 kg) y muestra un funcionamiento, suave y muy agradable, aunque se echa de menos un sonido más acorde con la personalidad de este biplaza. 
Con un peso en orden de marcha de 870 kg y un cambio de relaciones bastante ajustadas, no es de extrañar que el Speedster consiga un excelente nivel prestacional. Se anuncia una velocidad máxima de 220 km/h y lo que es más importante, una aceleración de 0 a 100 km/h en menos de seis segundos. 
Aunque resulta menos complicado acceder al interior que en el Elise, la operación no es en absoluto fácil y en el caso de llevar puesta la capota, hay que ser un consumado contorsionista para llevarla a cabo con soltura. A los mandos se puede comprobar que se ha prescindido de todo lo superfluo con el objetivo de alcanzar la máxima eficacia. El diminuto habitáculo obliga a ser muy “cariñoso" con el copiloto a la hora de manejar el cambio de marchas, pero aún así, la postura de conducción está bastante conseguida. El acabado es espartano y la única concesión al lujo es la radio con cargador CD o la tapicería en piel que se ofrecen 
en opción. La lista de extras se completa con un hard-top o techo duro con el que se limitan notablemente los ruidos aerodinámicos y que se podrá guardar en el pequeño maletero situado en la parte trasera. En un principio no está previsto que se pueda montar el aire acondicionado, aunque esta es una posibilidad que es está estudiando para satisfacer las necesidades de algunos países como el nuestro. 
Al igual que en los coches de competición, la puesta en marcha se realiza a través de un pulsador situado en el centro del salpicadero. El tacto de los mandos es firme y muy preciso, aunque en el caso de la palanca de cambios se agradecería que los recorridos fueran más ajustados. Por su parte, la dirección de cremallera prescinde se servoasistencia y sólo cuenta con 2,8 vueltas, por lo que resulta muy directa. 
Como se puede imaginar, la diversión a los mandos está asegurada y conducir el Speedster es lo más parecido a pilotar un monoplaza de competición. Las aceleraciones son fulgurantes y las marchas se agotan son inusitada rapidez cuando se pisa a fondo el acelerador. La dirección es muy precisa y gracias a su afinado bastidor, el coche atiende con total fidelidad a las insinuaciones que se realizan con el volante; donde se pone el ojo, se pone la rueda. El Speedster permite, además, una velocidad de paso por curva impresionante, resultando supereficaz y divertido de conducir en los trazados más rápidos. Sus reacciones son muy neutras, aunque a diferencia del Elise ofrece una ligera tendencia subviradora al límite para hacerlo más asequible a todos los públicos. Esto es algo que se pone especialmente de manifiesto en los virajes más cerrados, donde la dirección se muestra bastante pesada. Los frenos además de potencia, ofrecen un tacto muy bueno, son muy dosificables y soportan sin inmutarse el trato más exigente. El Speedster comenzará a producirse este mismo mes en la factoría que Lotus tiene en la localidad británica de Hethel. El objetivo para el primer año es construir 3.000 unidades, de las que 200 estarán destinadas al mercado español. Para vender y atender este modelo se van a designar 800 concesionarios en toda Europa y aproximadamente 15 en España. La comercialización se iniciará a primeros de año, aunque todavía no se ha confirmado la fecha exacta y los responsables de la marca tampoco han querido anticipar nada en lo referente al precio. 

Por Juan Collin

El Speedster es el primer modelo en la historia de Opel que cuenta con una disposición central de la mecánica. El diseñador Martin Smith ha conseguido un aspecto muy sugerente para el nuevo biplaza de la firma germana








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