sábado, 27 de enero de 2024

Y los Wright volaron ...


La máquina original que usaron los hermanos Wright en su primer vuelo se exhibe en las salas del Museo Nacional de Ciencias de Kensington (Inglaterra), al que aquéllos la donaron. Un cuerpo de cera ilustra la posición del piloto en vuelo

Ha muerto Orville Wright, que con su hermano Wilbur dominó por primera vez el aire

Por Alberto Salotto
Revista El Gráfico Nro 1492. Febrero de 1948

El 2 de abril de 1903 un hombre de ciencia norteamericano, "Ohahute" pronuncia una conferencia en el Aero Club de Francia acerca del vuelo mecánico y anuncia que su patria - en Daytona - los hermanos Orville y Wilbur Wright habían resuelto ese problema con principios propios. 

Eso era mucho. Era probablemente demasiada noticia para la época. Para ese 1903. Demasiada noticia para Francia, convertida por entonces en el único centro mundial de investigaciones aeronáuticas. 

No era posible admitir que en los Estados Unidos, país sin ninguna cultura en temas relacionados con aviación, se hubiese volado con una máquina más pesada que el aire, cuando en París -universidad del mundo en esta ciencia- aún no se habían resuelto los más elementales principios de ese mecánica.

Pero los hermanos Wright vuelan. Es verdad que vuelan. Pero mantienen en secreto sus experiencias. Hasta en su patria es poco lo que se sabe de sus investigaciones. Pero con todo, algo dejan conocer. Cuidan el secreto de la máquina pero no el de sus performances. 

Una revista francesa "L'Aérophile" - publica una carta de los Wright en la que anuncian haber volado el día 17 de diciembre de ese mismo año una distancia de 250 metros con un biplano con motor, venciendo un viento contrario de 40 kilómetros por hora. Es mucho para esos días. Es tanto que ni se les cree. ¿Cómo se les podía creer si recién Santos Dumont cumplía su vuelo en torno a la torre Eiffel con un aeróstato con motor?... 

Y así siguen llegando noticias desde los Estados Unidos. Noticias que dicen de sus vuelos pero que ocultan siempre el aspecto mecánico, hasta que "Illustration Frangaise" logra conseguir una fotografía de la máquina en pleno vuelo. La fotografía es falsa - se dice en Francia. - Es una máquina recortada aplicada a un fondo panorámico - se agrega. Todavía no se puede creer que se domine el espacio con "el más pesado que el aire". 

Hasta que por fin los hermanos Wright descubren sus verdaderas intenciones. Se dirigen al gobierno de Francia por conducto de terceros con una carta que es todo un documento para la historia de la aviación. 

Dice así: "...el 3 de octubre hemos cumplido un vuelo de 24 kilómetros 835 metros en 25 minutos 5 segundos. El día después, la distancia recorrida fué de 33 kilómetros 456 metros en 31 minutos y 17 segundos. El 5 de octubre nuestro vuelo tuvo una duración de 38 minutos 3 segundos, recorriendo una distancia de 39 kilómetros, debiendo descender por falta de bencina. Los espectadores de estos vuelos se han entusiasmado en tal forma que nos resulta imposible mantener por más tiempo el secreto de los mismos. 

Como nuestras experiencias corrían el riesgo de hacerse públicas, y en la imposibilidad de lograr un campo más propicio para conservar el secreto, las hemos suspendido por el momento. Nuestras intenciones son las de ofrecer nuestro aparato a varios gobiernos que puedan aplicarlo a finalidades militares. Si creéis que muestro gobierno pueda interesarse, estamos prontos para ponernos en comunicación con ellos. Estamos habilitados para suministrar máquinas que serían aceptadas sólo después de una prueba de suficiencia de 40 kilómetros. El aparato tiene capacidad para llevar una carga de bencina capaz de cumplir 100 kilómetros"

Para la opinión francesa estos hermanos Wright estaban irremediablemente locos. ¡Pretender volar 100 kilómetros cuando allá, en París, un simple salto de 100 metros hubiese trastornado todos los principios científicos de "lo más pesado que el aire"! Como para creerlos estaban entonces... 

Poco después, el 4 de noviembre de 1904, hicieron una nueva oferta, Ya no querían vender aparatos. Querían vender la patente de invención por la suma de un millón de francos. Pero corno el anterior, el ofrecimiento tampoco tuvo respuesta. Había mucho de misterioso en esos "pretendidos" vuelos. 

Primero, lo exuberante de las cifras; luego, el silencio de la prensa norteamericana que ningún comentario hacía de esas hazañas. La Vieja Europa no quería creer en los hermanos Wright. Mientras tanto, en Francia se trabajaba en forma intensa pero con resultados lentos. Hasta que Alberto Santos Dumont, luego de varias experiencias con diversos tipos de máquinas, todas ellas producidas de su invención, logra por fin elevarse del suelo.

El 7 de septiembre de 1906 - tres años después de haberlo hecho los Wright - cumple su primer intento en los campos de Bagatelle: Su biplano despega del suelo, pero cae tan pronto que resulta imposible realizar la comprobación oficial del vuelo, que más que tal resulta un salto, un brinco. Cinco días después repite la prueba y logra remontarse a un metro cubriendo a esa altura una distancia de 40 metros. Pero todavía esto no es un vuelo; es un salto, es el producido de envión.

Hasta que el 16 de septiembre llega para Santos Dumont su día de gloria. Ahora vuela de verdad. Y el Aero Club de Francia homologa esa performance como el primer vuelo oficial de Europa. Muy extensa es el acta que reconoce esa hazaña como para reproducirla íntegra, pero lo haremos en su parte esencial: 

"... partida a las 4.2 p. m. Tienen lugar dos vuelos. El primero de 50 metros. El segundo, cronometrado por los señores Surcouf y Besancon, de 82,60 metros en 7 segundos 1/5, que representa una velocidad de 41,262 por hora. Al descender intenta hacer un viraje hacia la derecha, pero embiste la barrera que separa el campo de polo". 

Tras de Santos Dumont vienen Delagrange, Voisin, Bleriot, Latham, y con ellos se destruye la teoría de Víctor Hugo. La suya es poesía, verbo. El vuelo es mecánica, y el poeta nunca le canta a la máquina: parecería que la odia. Decía Víctor Hugo del cielo: "aquí no se entra. La tradición humana desde Icaro a Pilatre de Rosier recuerda con horror la caída de quienes fueron a golpearse contra esas prohibiciones. Astrónomos, sí; aeronautas, no. Sólo el telescopio podrá triunfar. Alguna cosa del hombre llegará hasta los astros; nada llegará hasta las nubes"

* * * 

Y así llegamos al año 1908 en que la aviación en Europa se convierte en una fiebre. Ya se vuela entre ciudad y ciudad. Ya se permanece en el aire por espacio de media hora. Ya se sueña con atravesar La Mancha. Nadie recuerda a los hermanos Wright, de los que por otra parte no se tuvieron más noticias hasta que el gobierno de los Estados Unidos anuncia haber comprado su patente de invención con el compromiso de que esa máquina volase con dos pasajeros. 

Esta noticia es tan trascendental como aquella de 1903 que anunciaba que con una máquina más pesada que el aire habían podido despegar del suelo. Estos hermanos Wright ya no eran locos. Ahora eran genios que podían volar con la sobrecarga de dos pasajeros. 

Satisfechas sus ambiciones comerciales, que por varios años pospusieron su gloria de haber sido los primeros en volar de manera efectiva, los Wright se trasladaron a Francia para mostrar su máquina. Todo en ella era original. Desde los planos de navegación hasta las hélices, que eran dobles, y sobre todo el motor, de concepción propia. 

En aquel entonces se buscaban motores extremadamente livianos, tanto que el límite de resistencia era siempre mínimo. El de los Wright, por el contrario, era pesado, y por ello resistente. Tenía cuatro cilindros encamisados en aluminio y con refrigeración a agua. Los cilindros tenían un diámetro de 108 mm. por 100 mm. de recorrido. Su potencia se calculaba en 25 cabellos de fuerza y el peso al vacío de 100 kilos. Alcanzaba un régimen de 1400 revoluciones, desmultiplicadas a 400 en las hélices, por transmisiones a cadena. Y fué entonces cuando comenzaron a cumplir performances, todas ellas tan asombrosas que obligaron a considerar como veraces aquellos sus primeros anuncios de 1903. 

Ya nadie dudó de que Orville y Wilbur Wright fueron los primeros hombres que volaron con una máquina más pesada que el aire. Y esa fué su gloria, su única gloria, porque las ambiciones comerciales que en un momento dado hicieron peligrar el futuro de su historia no prosperaron en el más allá. 

Voisin, Bleriot, y su compatriota Gleen Curtis llegaron comercialmente mucho más lejos que los Wright, que así quedan en la historia como llenando una página lírica, un brochazo emotivo, nunca comercial como ellos habían soñado mientras el mundo dudaba de sus creaciones. 

Hace pocos días falleció Orville Wright, el tenaz que un día le dió la razón a Leonardo da Vinci: "el hombre volará".


Los hermanos Wright, como argumentación convincente de las bondades de su invención, ofrecieron al gobierno de los Estados Unidos lo que era aún más sensacional que volar; llevar pasajeros. Este es el histórico documento probatorio


Orville Wright, el primer hombre que volara con "lo más pesado que el aire" como así se llamaba en aquella época a los aparatos aéreos. Ha fallecido en su patria, los Estados Unidos, con lo que cierra la historia de los dos célebres hermanos que un día asombraron al mundo

1 comentario:

  1. Sin desmerecer otros logros este si que fue un gran salto para la humanidad.

    La historia de los viajes, el transporte y los limites como humanidad cambiaron para siempre.

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