Para pintarte mejor
Revista Corsa Nro 242. Diciembre de 1970
Fiat, en la planta industrial de El Palomar, se apresta a dar su batalla contra la corrosión. Una buena noticia para los usuarios de la marca y un aporte concreto a la tecnificación de la Industria automotriz. Detalles
El otro día, gentilmente invitados por el amigo Saporiti, gerente de Prensa de Fiat-Concord, visitamos la planta industrial de la empresa en la localidad de El Palomar, donde se inauguraban las nuevas instalaciones de pintura de base por electroforesis, sistema de I.C.I. (Imperial Chemical Industry), único en América latina y uno de los más modernos utilizados por la industria automotriz en el mundo.
Desde el primer momento "electroforesis" giró en el ambiente como algo distinto que no alcanzábamos a descifrar del todo. La incógnita nos fue revelada de inmediato por el ingeniero Carlos Huguet, director de la fábrica, quien nos explicó los detalles técnicos del sistema que momentos después pudimos observar prácticamente.
El ingeniero Huguet señaló que la pintura de base por electroforesis se asienta en un fenómeno electrofísico y tanto por los distintos pasos que preceden al mismo como por el acto en sí de su realización, constituye un verdadero alarde de avanzada técnica.
La carrocería es llevada por un trasportador aéreo al túnel automático de fosfatizado, primer paso de la preparación de la chapa para la aplicación del sistema de electroforesis. Seguidamente pasa a través de un túnel de secado y enfriamiento simultáneos y luego se le conectan los electrodos necesarios para aquel proceso sumergiéndola en la cuba que contiene pintura diluida en un medio acuoso.
Allí es donde realmente se produce el proceso electroforético o de electrodeposición. En forma simultánea, la cuba de inmersión y la carrocería sumergida en ella son conectadas a un generador de corriente continua, instante en el cual se produce la autoadhesión de una verdadera película protectora de la chapa, que se extiende a toda la superficie de la misma, incluso hasta en sus más íntimos sectores.
Esta pintura de base, anticorrosiva, es prácticamente irremovible y así se lo observa cuando después que la carrocería sale de la cuba de inmersión, en el túnel de lavado, se elimina únicamente de la chapa la pintura no electrodepositada. Retirados los conductores eléctricos, se produce el secado a horneado convencional, a temperaturas de 170 a 180 grados.
Los próximos pasos consisten en la aplicación a la carrocería de una mano de pintura a fondo con sus respectivos secados por horno y, finalmente, el traslado de aquélla a la línea de esmalte, donde se la pinta con los colores definitivos.
El novísimo sistema asegura una total protección contra la corrosión de las carrocerías. En suma, un buen aporte a la tecnificación de nuestra industria automotriz y un quebradero de cabeza para los académicos de la lengua con la palabra: electroforesis.
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