viernes, 6 de diciembre de 2024

Hidroavión Dornier Do J M-MWAL "Plus Ultra" en el Museo Enrique Udaondo de Luján

En el Museo Enrique Udaondo de la localidad de Luján descansa el "Plus Ultra". Imponente hidroavión que en la década del 20 realizó la proeza del cruce del Oceano Atlántico partiendo de España y llegando a Buenos Aires en 19 dias y haciendo 6 paradas. Esta es su historia tomada del Diario La Nación

En 1926 la tripulación encabezada por Ramón Franco llegaba a Buenos Aires después de cruzar por primera vez el Atlántico Sur en un solo avión, el Plus Ultra, algo que para entonces era una hazaña.

Los héroes de la proeza fueron los españoles Ramón Franco, hermano menor de "el generalísimo", Julio Ruiz de Alda, Juan Manuel Durán y el mecánico Pablo Rada.

La elección del lugar de salida no fue accidental. Puerto de Palos es la ciudad desde donde, en 1492, Cristóbal Colón partió rumbo a lo que sería el descubrimiento del continente americano para los europeos.

Durante los 19 días que duró el vuelo, los aviadores hicieron seis paradas antes de llegar al destino final: una en Las Palmas (Gran Canaria), otra en Porto Praia (Cabo Verde), tres en Brasil (Noronha, Pernambuco y Río de Janeiro), y una más en Montevideo (Uruguay).

El presidente del Instituto Nacional Newberiano, el comandante mayor aviador Salvador Roberto Martínez, le explica a La Nación: "Constituyó un hito fundacional para la navegación aérea. Fue un esfuerzo titánico y sublime. No existían las herramientas de navegación que hay hoy. No había satélites y otros elementos elementales para los vuelos. Pero hizo honor a su nombre. "Plus Ultra" significa "más allá". Y eso hizo. Cruzó el Atlántico y, de alguna forma, empezó el proceso que llevaría a la globalización".

La euforia porteña

"A las doce divisamos la atmósfera negra que se extiende como un manto sobre Buenos Aires y se eleva hasta cerca de 500 metros", narran Ramón Franco y Julio Ruiz de Alda en la novela que escribirían después sobre el viaje: De Palos al Plata.

Una vez sobre Buenos Aires, los tripulantes del Plus Ultra volaron sobre la ciudad escuchando emocionados "la inmensa algarabía y el intenso clamoreo de pechos y bocinas".

Después de 61 horas y 44 minutos, el Plus Ultra acuatizó finalmente en el Río de la Plata, cerca del Yacht Club Argentino, el 10 de febrero de 1926 desatando la euforia de los porteños.

Ni bien tocaron suelo argentino, el público se abalanzó sobre ellos para recibirlos. Los marinos debieron contener a la multitud para que pudieran pasar y, según Franco y Ruiz, se desató una "lucha ímproba con la muchedumbre". "Lucha" que dejó al ministro de Marina, que acompañaba a Franco, con una única manga en el traje de su uniforme".

La tripulación del Plus Ultra no podía creer lo que veía en las calles de la ciudad en el camino hacia la Casa Rosada. "Desembocaban por todas las avenidas ríos humanos (…). La copa de los arboles, las columnas de alumbrado y los monumentos parecían racimos humanos, que se apiñaban para completar nuestro paso (…). Todas las manos aplaudían al mismo tiempo que de todas las bocas salían rugidos de entusiasmo. Los sombreros agitados en el aire, daban la impresión de un frenesí delirante".

"El recibimiento fue espectacular. Se paró el país y tuvo resonancia en todo el mundo", cuenta Martínez.

Las crónicas en los diferentes medios de la época hacen eco de esta misma fascinación. "Sería ciertamente imposible imaginar un espectáculo más grandioso de multitud humana", sintetizaba uno de los titulares de La Nación en su portada del 11 de febrero de 1926.

Carlos Gardel les dedicaría el tango La gloria del águila. "El orbe entero se ha estremecido, y el entusiasmo en todas partes se desata", cantaría el Zorzal criollo.

"Todos querían subir a los automóviles para abrazarnos, y nos defendíamos como podíamos de sus estrujones (…). La avalancha humana rompió los cordones de policía" y tuvieron que "defendernos de las demostraciones de cariño del público", contarían después los aviadores en su novela.

Una vez en la Casa Rosada, el presidente Marcelo Torcuato de Alvear los recibió y los invitó a asomarse al balcón que da a Plaza de Mayo. Había músicos tocando el himno argentino y la marcha real española, pero la música era por momentos superada por el rugido de la multitud. En la plaza, miles de sombreros y de manos se movían saludando, aplaudiendo, dibujando una superficie ondulante.

"Para nosotros, ha sido este saludo del pueblo argentino el momento más emocionante de nuestro raid", afirmarían Franco y Ruiz.

Días después, el rey Alfonso XIII de España donaría el aeroplano al gobierno argentino. Sería usado por diez años para transportar correo y, en 1936, la Armada Argentina lo entregaría al actual Museo del Transporte del Complejo Museográfico Provincial Enrique Udaondo, en la localidad de Luján. Allí se construiría un pabellón especial para alojarlo y mantener la memoria de la proeza viva hasta la actualidad.

El director del Complejo Museográfico, Andrés Mage, habló con La Nación sobre la importancia del Plus Ultra. "Es una pieza única. Por el interés que genera en los visitantes, muchos visitan el museo solo para ver al avión. Y también por su carácter simbólico como puente de comunicación entre el continente europeo y el americano", explica Mage.

Por María Manuela Ántola
<Link a la nota original en La Nación>





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